viernes, 25 de mayo de 2012

Operación Masacre: periodismo valiente

Imagen tomada de
operacion-libros.blogspot.com

Por Jesús E. Muñoz Machín   





Los enamorados de esta profesión suelen decir que el periodista es un “cazador” de historias. Las olfatea, las busca, las procesa, las escribe o no, y casi siempre –perdonen el derroche de optimismo- las publica. Precisamente el libro que les comentaré, el reportaje-novela Operación Masacre (1957), fue escrito por uno de los grandes “devoradores” de acontecimientos del siglo XX: Rodolfo Walsh.


Sin embargo, la lectura de Operación… ayuda a comprender que atrapar la historia es solo el inicio. Lo más complicado viene después: cómo escribirla, definir el tono, el género, y por supuesto, qué quiero lograr. No sirve de nada escribir por escribir. La obra debe tener un compromiso.


Walsh tuvo eso presente y por ello trasciende. No tuvo miedo de tomar partido en un contexto hostil con los valientes. Así lo hizo en la Argentina gobernada por la dictadura del general Aramburu, en la cual vivió, y que retrató con nitidez cinematográfica, según algunos críticos.


La historia relatada en Operación… transcurre entre la noche del 9 de junio y la madrugada del 10, cuando un intento de  “Revolución” pretende restituir en el poder al peronismo. La sublevación militar, comandada por los generales Valle y Tanco, culminó con una matanza de civiles en un basurero del pueblo José León Suárez, en Buenos Aires.


La novela, que consta de tres partes y 176 páginas (Editorial Huracán, La Habana, Cuba, 1970), narra y la vez analiza los acontecimientos. Nunca es neutral. Describe con sumo detalle la psicología de los personajes, de la sociedad, del sistema que rige la nación.


Como texto e investigación periodística es excelente. El autor conjunta el trabajo de campo, las entrevistas clandestinas con participantes y testigos, la exposición de documentos oficiales y la mirada crítica. Para los literatos quizás incurre en el error de ser demasiado explicativo en algunos pasajes, pero la realidad lo redime.


Operación… fue el resultado de sucesivas denuncias del sangriento hecho y de las arbitrariedades del proceso judicial posterior. Incluso, luego de la primera entrega del libro en 1957 se añadieron nuevos documentos y  testimonios. Hasta 1969 se estuvo editando.


Rodolfo Walsh se adelantó con esta obra a lo que después se dio en llamar el “Nuevo Periodismo” –New Journalist-, movimiento surgido en los Estados Unidos. Su novela apareció 15 años antes que A sangre Fría de Truman Capote, considerada la génesis del revolucionador estilo.


Como escribiera el periodista español Pascual Serrano, “para escribir hace falta valor”. Y lo tuvo el autor de Operación Masacre, asesinado en 1977. Le “ajustaron cuentas” porque no dejó de incomodar con sus textos a dictadores, déspotas y enemigos del pueblo.


Tuvo como máxima, y parafraseo al escritor uruguayo Eduardo Galeano, que la neutralidad es imposible en un mundo que se divide entre indignos e indignados. Y coincidió con Antonio Gramsci, en su odio hacia “los indiferentes”, porque “vivir quiere decir tomar partido”.




 

Abstinencia beisbolera

Por: Jesús E. Muñoz Machín


Imágenes como esta parecen haber sido borradas de la memoria de los pinareños Foto: Marcelino Vázquez Hernández/AIN

¡Qué triste! En Pinar del Río ya no se habla de pelota. El flamante campeón de la Serie de Oro quedó fuera de los play off de la actual temporada y la respuesta de la afición ha sido un rotundo silencio.
Sin exageraciones. Hace algunas semanas el béisbol dejó de ser un deporte de esquinas, calles y parques en las lluviosas tardes de mayo. Y no me refiero solamente a quienes lo practican, sino también a los miles de periodistas deportivos de barrio que tenemos -¿o teníamos?- en Vueltabajo.

Es difícil no callar, lo sé. Antes de esta serie, como escribiera un colega, hasta en la derrota los equipos pinareños lucían “decadentemente hermosos”. Ahora solo pueden aspirar al primero de los calificativos.
Afrontaron el torneo con una nómina bastante similar a la que  el pasado año nos regaló un título de leyenda, sin embargo, el resultado fue bien diferente. Finalizaron en la décima posición, y por primera vez en más de tres décadas se perdieron más juegos de los ganados (49 derrotas y 47 victorias).

Entonces, cómo enjuiciar al “profe” Emiliano Tellería por su indiferencia. Lo acontecido es muy doloroso para quien fue entrenador de bateo del primer equipo de la provincia en ganar un campeonato en 1978, y uno de los artífices de la conversión de los elencos vueltabajeros de cenicienta a respetable potencia. Sencillamente, tiene derecho a mitigar la decepción con apatía.

O imagínense si van a querer hablar de pelota nuestros padres y abuelos. Ellos que vieron jugar a Luis Giraldo Casanova, Alfonso Urquiola, Fernando Hernández, Rogelio García, integrantes de los temibles Vegueros en los años ochenta. Aquellos conjuntos obtuvieron cinco cetros y brindaron siempre un excelente espectáculo.

Incluso los más jóvenes, quizás un tanto acostumbrados a las altas y bajas y testigos de la sequía de trece años sin título, se sienten defraudados. Prefieren quedarse con el recuerdo de los hermanos Juan Carlos y Omar Linares, de Pedro Luis Lazo o Faustino Corrales, campeones de forma consecutiva en 1997 y 1998 y beligerantes cada año en la postemporada.

Tal es la abstinencia beisbolera de hoy que ni la sexagenaria Lázara, ferviente seguidora del deporte de las bolas y los strikes e incondicional a los verdes desde la punta de los pies hasta la más blanca de las canas,  polemiza con su hijo Jesús. Ya no se lamenta como antes porque “le salió industrialista el muy…”.

Existen formas un poco extrañas de expresar la desazón. Por eso apenas me molesto con el vecino cuando dice: “Dime periodista ¿ya te volviste azul?”. Aunque siempre le aclaro que eso no es cosa de tomarse una pastillita, ir al Latino y comenzar a gritar y aplaudir tras un jonrón de Malleta.

Publicado originalmente en Cubadebate