El libro Por andar vestida de hombre, deviene una suerte de
biografía, fruto del empeño y el trabajo de largos años del doctor en
ciencias históricas Julio C. González Pagés
Por Jennifer Veliz Gutiérrez
Enriqueta Favez vivió en el tiempo en el que ser mujer era quizás la
raíz del infortunio. De prejuicios y restricciones se hizo el siglo XIX
para las féminas. Aún así, estándoles prohibido ejercer la medicina,
Favez, vestida de hombre, se graduó de cirujana en la Universidad de la
Sorbona en París; con identidad de hombre también, combatió en más de
diecisiete batallas con el ejército napoleónico. Así, armada de ropaje
masculino, vino a Cuba, y se convirtió en la primera mujer en ejercer la
medicina en el país.
Pero quizás lo más transgresor en su vida
haya sido casarse con la guantanamera Juana de León, y ambas
protagonizar hace más de 200 años el juicio más escandaloso suscitado en
la Isla en aquel tiempo.
Por andar vestida de hombre, deviene entonces una suerte de
biografía, fruto del empeño y el trabajo de largos años del doctor en
ciencias históricas Julio C. González Pagés. Este es un libro donde se
intenta hacer hablar a la protagonista y “construir la historia con
elementos que lejos de juzgar hagan sentir lo que es cuando uno es
diferente el peso de la ley”.
La pesquisa que alrededor de Favez se ha estado tejiendo comenzó en 1994
y en el año 2006 ya estaba listo el ejemplar para ser presentado a los
lectores, solo que en ese tiempo supuestamente era el público el que no
estaba preparados para enfrentarse a este “tipo de historia”; de ahí que
se retrasó hasta hoy la posibilidad de leer y reflexionar en torno a
aquella que burló todas las barreras sociales de su tiempo. Temas de
ayer y de hoy se entrecruzan en estas páginas, donde “no hay letra
muerta sino algo para el debate contemporáneo”, según Pagés.
Esta investigación de arqueología histórica precisó de una ardua
búsqueda por varios países, entre ellos Suiza, España y Nueva Orleans.
Otro aspecto a destacar en la obra tiene que ver con la reconstrucción
del rostro de Favez en el que se involucró durante seis meses la Policía
Nacional Revolucionaria.
En el interior del libro podrá encontrarse las cartas de amor entre
Enriqueta y de León, así como datos en los que se dejan ver cómo fue
tildada de monstruo y criatura infeliz durante el juicio que se
celebrara en Santiago de Cuba en 1823 a raíz del cual no deciden
desterrarla de Cuba sino de todos los dominios españoles. Enriqueta
Favez terminó siendo monja, y con el nombre de Sor Magdalena estuvo al
frente de la orden de las hermanas de San Felipe de Neri.
En el capítulo IV de
Por andar vestida de hombre se alude también
a otras mujeres que con estirpe de heroínas hicieron historia vestidas
de hombre. Es el caso de Luisa Capetillo, una anarquista puertorriqueña
que fue detenida en el boulevard de obispo en 1912 y expulsada del país.
La peculiar vida de Enriqueta Favez será la inspiración de otras
creaciones artísticas que podrán verse en los meses venideros. La
cantante Rochy, se basará en ella para la realización de su próximo
video clip. Asimismo Irene Rodríguez, bailarina y coreógrafa cubana que
recién recibió el premio de coreografía de la SGAE montará una obra
alusiva a su figura para el próximo Festival de Ballet de La Habana.
Según Pagés, ahora es recibida desde la cultura una mujer que fue
expulsada de Cuba.
“Este es un libro de corte histórico pero para ser debatido en el
presente, sintetizó su autor”. Las vivencias de una fémina comparable
con Juana de Arco o Sor Juana Inés de la Cruz, quien se empeñó por
defender su manera de pensar y actuar, no merece ser sepultada sin dejar
antes en la cotidianidad del cubano del XXI una impronta, una
experiencia de vida y un consejo.
Tomado de La Ventana