lunes, 25 de agosto de 2014

"BOMBERA, SIN IMPORTAR LO QUE DIJERAN"


Por Jesús E. Muñoz Machín
Fotos: Jorge Camarero Leiva



Casi en plena faena, con su traje amarillo y negro regresaba de una clase práctica. La entrevista sorprendió la, pero Yoandra Suárez López asumió el reto de contar su historia a otras jóvenes que pueden ver en ella una inspiración.

Ser la única graduada de Rescate y Salvamento en el país, la convierte en la excepción, no obstante, ella espera no serlo por mucho tiempo, pues «las mujeres hemos demostrado de lo que somos capaces», asegura. Y agrega: «Y así me libero de las entrevistas», dice en tono jocoso esta artemiseña de 30 años, profesora de la Escuela Nacional de Bomberos (ENB).
  
  
¡BOMBERA!

Nada fue azaroso, de los círculos de interés que comenzaron en las escuelas de su natal Artemisa, prefirió el de Rescate y Salvamento. «Desde los 16 años soy bombera voluntaria. A esa edad ya hacía de todo: apagar incendios, simulaciones de rescates y escalamientos», refiere.

Aunque otras muchachas matricularon, poco tiempo después quedó como la única del grupo. Junto al resto de sus compañeros continuó aprendiendo en cada clase o entrenamiento práctico.

Cuando la delegación de su provincia anunció el inicio del un curso profesional, Yoandra tenía bien clara su decisión: «bombera, sin importar lo que dijeran, yo quería ser bombera», asegura.

A las captaciones se presentaron alrededor de 30 personas y solo eligieron cuatro. «En ese pequeño grupo era la única mujer”, acota.

Quizás acostumbrada a adelantarse a los sucesos, respondió sin necesidad de una interrogante sobre los dos años de estancia en el curso de la Escuela Nacional de Bomberos (ENB), que inició en abril de 2012. «No me “pasaban la mano” por ser mujer. El rigor fue igual para todo el equipo. Había que correr, nadar, saltar, escalar, bucear, brindar primeros auxilios y realizar rescates en situaciones peligrosas como accidentes vehiculares y derrumbes.

«Incluso –agrega- en los entrenamientos de alto riesgo, me exigían más que a ellos. El profesor me decía: ‘Demuestra que el título no es regalado’. Por desgracia, hay mucho machismo y las mujeres tenemos que hacer un esfuerzo doble».

NOTICIA DE ÚLTIMA HORA
Yoandra intenta disimular la sonrisa cuando relata la picardía con que enfrentó los prejuicios y los miedos de su familia, sobre todo de su padre.

«A los 16 años iba escondida de mi papá para los cursos de bomberos voluntarios. Y se enteró de que era especialista de rescate y salvamento cuando me gradué. Así de sencillo, le dije: ‘Mañana es mi graduación’».

Tampoco ha sido fácil con las amistades, que todavía miran con cierto recelo su decisión. «A cada rato alguien me pregunta si estoy loca», dice.

«Mi padre se ha adaptado un poco a la idea. Ahora lo acepta y siente orgullo, pero a veces me recuerda que no le agrada del todo».   


LA PROFE Y SUS RETOS

Yoandra es una mujer de desafíos, cuya días ahora transcurren en la Escuela Nacional de Bomberos (ENB), donde imparte clases de técnicas de rescate y salvamento, específicamente escalamiento.

Todos sus alumnos son hombres, jóvenes que reconocen sus capacidades y conocimientos. «Ellos me respetan y todo ha ido bien en las clases», acota.

El escalamiento es de las habilidades más difíciles, pero la bombera artemiseña se declara amante de los riesgos. Por ello, además de subir y deslizarse por cuerdas en edificaciones de gran altura, siente atracción por el buceo, la más peligrosa de las técnicas.

Por si fuera poco, admite que no estará complacida hasta que pueda saltar en paracaídas. «No es una locura ser rescatista. Así puedo salvar muchas vidas. Y también me gusta demostrar condiciones en lo que supuestamente las mujeres no podemos hacer».

Pero junto a su carrera como bombera, ella tiene otros retos. «Ahora lo más importante es superarme, terminar los estudios de enfermería que interrumpí en tercer año».

Y también deja bien claro que su compromiso como bombera será para toda la vida. «Cuando ustedes llegaron regresaba de un entrenamiento con especialistas rusos que imparten clases para perfeccionar las técnicas. Cada día se aprende algo nuevo. Me falta mucho por conocer, apenas estoy comenzando».

martes, 12 de agosto de 2014

UNA PARTIDA CON YANIET MARRERO



Una de las mejores ajedrecistas cubanas de la última década comparte momentos de su carrera deportiva en este cotejo de preguntas y respuestas.



Por Jesús Muñoz Machín
Fotos: Jorge Camarero Leiva


En el mismo lugar, hora y protagonistas similares, pero realidades totalmente diferentes. Tres años han transcurrido entre los dos encuentros con la Gran Maestra (WGM) de ajedrez Yaniet Marrero. En 2011 conversé con una muchacha que no vivía un buen momento deportivo, esta vez, entrevisté a una motivada ajedrecista, con mayores logros y muchos desafíos en el horizonte.

Motivación y madurez deportiva son, quizás, los “ingredientes” que destacan hoy en la vida de Marrero, quien atesora un excelente palmarés en el juego ciencia. La muchacha natural de Majibacoa, en la provincia de Las Tunas, ha eslabonado una carrera de éxitos desde edades tempranas, pero su título de la Isla en 2011 y la medalla de oro en el tercer tablero de la Olimpiada Mundial de, Rusia, en 2010, son sus dos triunfos más memorables.

Desde mediados del pasado año, Yaniet ha protagonizado otra estela de buenos resultados, entre los que destacan la victoria en el Tercer Campeonato Centroamericano y del Caribe de Ajedrez Femenino, Zonal 2.3, que se disputó en El salvador. Asimismo, a inicios de 2014 concluyó tercera en la justa nacional, similar resultado al obtenido en 2000, y un puesto por detrás de la ubicación de 2007.

A pesar del talento creciente del ajedrez femenino cubano, Yaniet puede ser considerada como una de las mejores trebejistas del país en los últimos diez años. En esta partida de preguntas y respuestas, nos acercamos a la estelar deportista.

APERTURA…

No es la primera vez que habla de sus inicios ante la prensa, pero siempre considera necesario rememorar aquellos primeros pasos en territorio tunero.

“Comencé en 1993, en la Escuela “José Rodríguez López”, donde tuve como primer maestro a Iván Carralero Rodríguez. Con él participé en competencias entre aulas, en otras escuelas y provincias», evoca.

Luego sobrevinieron tres coronas nacionales escolares y una presea de cada color –oro, plata y bronce- en la categoría juvenil. Tales méritos bastaron para que en 1999, con solo 16 años fuera seleccionada para ingresar al Centro de Alto Rendimiento “Giraldo Córdova Cardín”, en La Habana.

Yaniet demostró su talento e irreverencia al terminar tercera en al Campeonato Nacional para mayores del 2000, cuando todavía era juvenil. La justa, celebrada en Matanzas, le permitió alcanzar su título de Maestra Internacional (WIM).

MEDIO JUEGO

Paso a paso continuó su fogueo entre la élite de la Isla. Su ascenso era inminente, hasta que llegó su primera oportunidad de probarse fuera de Cuba. “Recuerdo bien mi debut en un torneo internacional en Brasil. Allí gané norma de Gran Maestra (WGM) y unos meses después integré el equipo Olímpico a Calviá (España, 2004), donde logré la segunda de forma consecutiva», comenta.

Cuatro años transcurrieron de sus dos normas iniciales de WGM hasta conseguir la tercera y definitiva, lograda en 2008, en el Torneo Internacional Moncada, con sede en Santiago de Cuba.

En ese período, Yaniet dio a luz a su niña Esther Christine, participó en las citas olímpicas de Turín (Italia), en 2006, y Dresde (Alemania) 2008, además de agenciarse el subcampeonato de Cuba en 2007.

Pero el año 2010 ha sido la mejor temporada para Marrero. “Fue increíble obtener la medalla de oro en Rusia», dice emocionada a pesar de las muchas partidas que han transcurrido desde la cita olímpica de Khanty Mansiysk. La motivación también la impulsó a obtener su primer y único cetro de la Isla en 2011.

Después de tantos triunfos sobrevino un descenso en su juego que relata hoy con tranquilidad. “Me desmotivé –dice-. Hubo sucesos personales y también eventos en los que no participamos por falta de apoyo. Fueron muchos poquitos», acota.

Peor movió con acierto las piezas, hilvanó buenas opciones en el medio juego, para regresar a su mejor desempeño. “Ya en 2012 me recuperé y comencé a entrenar con más fuerza, a hacer preparación física y psicológica», contraataca con respuestas firmes que emulan su estilo sobre el tablero.

El 2013 no pudo ser mejor, sobre todo en la recta final de la temporada, donde se coronó campeona centroamericana en El Salvador, con 7,5 puntos de nueve posibles, y obtuvo una plaza para la Copa del Mundo, prevista para el mes de octubre en sede aún por definir.

PUNTO DE MATE….

En la actualidad, la muchacha de Majibacoa es una atleta madura, lo que se expresa en sus motivaciones. «En años anteriores trataba de obtener cierto reconocimiento e intentar recibir el apoyo necesario para intervenir en competencias importantes.

«Ahora todo está más ligado al deporte y no a lo que sucede alrededor de él. Por eso he buscado el incentivo en dominar mejor el ajedrez, superarme y alcanzar la mayor maestría posible».

La partida de preguntas y respuestas está a punto de definirse. Pero antes de extenderme la mano en señal de armisticio, Yaniet revela sus dos grandes sueños por cumplir, porque ya consumó el de clasificar a una Copa del Mundo.

«Ahora solo me resta alcanzar los 2400 puntos y obtener la norma de Maestra Internacional sin distinción de sexo», confiesa.

Talento tiene para alcanzar sus metas. Esta tunera de 31 años parece haber nacido para conquistar el reino de Caissa, la diosa del ajedrez.
                                              
Yaniet Marrero ha tenido en el 2014 una de sus mejores temporadas.
UNA PARTIDA BLITZ

En el ajedrez se le conoce con este nombre a los cotejos a cinco minutos, en los que la maestría y la anticipación son esenciales. A continuación ofrecemos algunas respuestas de Yaniet en tiempo de Blitz.

¿Importancia de los torneos mixtos?

«Brindan la posibilidad de aumentar el Elo y el nivel de juego. Adquieres mayor consistencia física y fogueo».

¿En qué fase del juego te sientes más fuerte?

«Mi juego es muy intuitivo. El punto fuerte está en la capacidad para buscar soluciones en el medio juego».

¿Cómo te sobrepones a las malas partidas en medio de un torneo?

«Después que termina la partida viene el análisis para saber en qué me equivoqué y no cometer el mismo error. Simplemente, es borrón y cuenta nueva».

¿La partida que más recuerdas?

«En la olimpiada de Calviá (España, 2004), cuando enfrenté en la última ronda a una ajedrecista de más de 2400 de Elo y gané para obtener la norma de WGM».

De los ajedrecistas cubanos, ­ ¿a quién admiras?

«A mi coterráneo Lázaro Bruzón, que proviene de un origen humilde. También simpatizo con Leinier Domínguez, porque se ha incluido en la élite a base de talento, dedicación y voluntad».