martes, 29 de abril de 2014

Género y Comunicación: conquistar espacios (II Parte)





Por Jesús E. Muñoz Machín

Fotos: Jorge Camarero Leiva

La oncena edición del Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación se aproxima. Del 28 al 30 de mayo se reunirán en La Habana delegados y delegadas de Cuba y otra decena de naciones con el objetivo de dialogar y debatir sobre los retos actuales para producir una comunicación inclusiva.

Previo al evento central se han desarrollado tres encuentros regionales y uno dedicado a los medios de prensa con cobertura nacional, todos con el auspicio de la Unión de Periodistas de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, además de contar con el acompañamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la también ibérica Fundación Mundubat.

Acerca de lo acontecido en el oriente y centro del país reflexionamos en la primera parte de este trabajo. Ahora, ofrecemos valoraciones acerca del encuentro realizado en Pinar del Río, con participación de profesionales de Matanzas, Mayabeque, Artemisa, el municipio especial Isla de la Juventud y los medios provinciales de la capital.

En el evento se presentaron casi un centenar de trabajos, organizados en cuatro comisiones -Prensa Escrita y Digital, Audiovisual, Radio y Ponencias-. El número de propuestas favoreció la variedad temática, con tópicos como socialización de niños y niñas a través del juego, visibilidad de las mujeres en oficios no tradicionales, proyectos socioculturales, además de los osados sexualidad en la tercera edad, masturbación y transformismo.

Asimismo, los trabajos mostraron diversidad en cuanto a soportes y géneros, sobre todo en radio y televisión, donde concursaron programas de orientación, revistas variadas, entrevistas, crónicas, reportajes, minidocumentales, testimonios, etc. Como en los encuentros anteriores, el debate fue intenso y los productos comunicativos suscitaron interesantes valoraciones críticas.

La doctora Isabel Moya Richard (izquierda), directora de la Editorial de la Mujer y la cantante feminista Rochy, en la inauguración del evento.
Además de ser un espacio de intercambio y socialización de experiencias, el evento posibilitó que se tendieran puentes entre profesionales integrados a los procesos de capacitación y personas que se acercaron por primera vez a los temas de género.



Más allá de lo propuesto inicalmente se logró establecer un diálogo entre las investigaciones en Ciencias de la Comunicación y estudios de género en otras áreas de las Ciencias Sociales, potenciados desde la Universidad Hermanos Saiz de Pinar del Río.

De igual modo, se fomentó la participación de estudiantes de quinto año de Periodismo de la sede universitaria pinareña, próxima a celebrar su primera graduación de profesionales de la comunicación. Las tesis de diploma presentadas abordaron la construcción de género en el periodismo deportivo y cultural en los medios de comunicación locales, así como los costos de la masculinidad hegemónica para los hombres (proyecto de documental), temas sin antecedentes investigativos en la occidental provincia.

No obstante lo meritorio del evento, nuevamente se insistió en la necesidad de no asociar la temática con "cosas de y para las mujeres" y entenderlo como una categoría útil para estudiar las relaciones entre los seres humanos.

Al respecto, se exhortó a trascender la visibilización de la mujer en diversas esferas, y problematizar sobre temas tabú en la sociedad, así como trabajar más desde la implementación de estrategias de comunicación.

Entre tópicos y enfoques más consolidados, propuestas novedosas y la demanda de abrir el diapasón hacia otros espacios, el encuentro reafirmó la pertinencia del debate y el intercambio.

Mucho se ha realizado, más falta por conquistar.

Continuará…

jueves, 24 de abril de 2014

Haydée Hernández Castro: Semblanza a una campeona



La softbolista pinareña Haydeé Hernández Castro ha permanecido por más de tres décadas ligada al deporte. A los 48 años de edad, la estelar atleta aún recibe elogios por desempeño como jugadora.


Por Jesús E. Muñoz Machín
Fotos: Alaín Tellería Pino

Más de treinta años dedicados al softbol, 19 de ellos como integrante de la selección nacional es un palmarés envidiable. Con esos méritos, Haydeé Hernández Castro puede decir adiós al llamado deporte de “la bola blanda” con la confianza de que será extrañada por la afición. Sin embargo, la laureada atleta aún prodiga maestría deportiva en el terreno.

Mucho tiempo ha transcurrido desde aquella primera vez que tomó un guante y un bate en sus manos, en la Escuela de Profesores Educación Física de Pinar del Río. Lejanos también parecen sus goles en las canchas de balonmano, disciplina que practicó en los años ochenta y en la cual participó en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 1987, en Estados Unidos. Su excelente físico le permitió practicar ambos deportes de manera simultánea hasta 1989.

De casta le vienen a esta pinareña, nacida el cuatro de febrero de 1966, en el municipio de Guane, sus habilidades deportivas. En su familia también descollaron futbolistas, peloteros y, especialmente, el boxeador Juan Hernández Sierra, doble subcampeón olímpico y cuatro veces titular del orbe.

Haydeé fue líder indiscutible de los equipos pinareños que a finales de los ochenta y durante la década de los noventa disputaban los puestos de avanzada en los campeonatos nacionales. Pero también ha sido referencia en épocas menos halagüeñas como el último lustro.

En torneos nacionales ha destacado siempre como excelente bateadora. En ellos atesora títulos individuales en los departamentos ofensivos más importantes: jits, jonrones, carreras impulsadas y anotadas, average y slugging, además de ser seleccionada en varias oportunidades como jugadora más valiosa.

Con “el equipo de las cuatro letras” –Cuba- debutó en el Torneo Internacional Primavera, efectuado en Italia, en 1986. Desde entonces participó en tres Juegos Centroamericanas, cuatro Panamericanos, dos Campeonatos del Mundo y casi una decena eventos continentales y regionales.

Pero entre todos los torneos internacionales, rememora especial cariño su participación en los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia, en el año 2000. En la Isla Continente, el softbol cubano concretó su única participación en justas bajo los cinco aros.

En el 2005 Haydeé culminó su ciclo en el equipo nacional. Un año después la eligieron para colaborar en Venezuela, donde brindó sus conocimientos y experiencia durante casi cuatro años. En tierras morochas entrenó a equipos escolares, juveniles y de mayores del estado Carabobo.

De regreso a la más occidental de las provincias cubanas se incorporó a trabajar al Combinado Deportivo “Guamá”, en el que entrena a niñas de 11 y 12 años. Entusiasta y dedicada, se empeña en rescatar la gloria del softbol vueltabajero y aprovecha cada jornada para mantener la forma deportiva. En 2013 disputó el campeonato nacional y, seguramente, la veremos en la próxima edición, prevista para disputarse en febrero de 2014.

Haydeé Hernández Castro parece burlarse de Cronos, dios del tiempo. A pesar de las libras de más, todavía infunde respeto a las lanzadoras rivales. A los 48 años de edad, la mejor softbolista pinareña de la historia continúa recibiendo elogios en cada salida al terreno de juego.

sábado, 19 de abril de 2014

Género y comunicación: conquistar espacios



Cuando hace 22 años comenzó a sesionar en La Habana el Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación era mucha la incertidumbre. No pocas personas catalogaron el evento de intranscendente.

Pero uno tras otro han sucedido los intercambios. Cada edición ha ganado en participación y calidad de las ponencias, investigaciones y productos comunicativos inscritos. La cultura patriarcal y la “generofobia”, aunque muy arraigada, cede ante el compromiso de mujeres y hombres que apuestan por construir mensajes inclusivos y no sexistas.

La oncena edición de los encuentros tendrá lugar del 28 al 30 de mayo próximos, con el auspicio de la Unión de Periodistas de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, además de contar con el acompañamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la también ibérica Fundación Mundubat.

Como es tradición, desde hace varias semanas se efectúan eventos regionales. Sobre los dos primeros, con sede en Holguín (provincias orientales) y Camagüey (provincias centrales), respectivamente, ofrecemos algunas valoraciones.

Con cifra récord de más de 130 trabajos presentados, la cita en la Ciudad de los Parques trascendió por el abordaje múltiples aristas de las realidades vividas por mujeres y hombres, con énfasis en contextos rurales. Ello permitió visibilizar el aporte de cubanas y cubanos en labores agrícolas, ganaderas y otros oficios. Ellas, específicamente, fueron referidas de manera independiente, con protagonismo social y familiar, a partir de su contribución económica.

Los productos comunicativos en radio y prensa escrita mostraron notables avances en el empleo de un lenguaje inclusivo, la problematización de temas tabú en la sociedad y el correcto empleo de los conceptos de género.

Los trabajos televisivos, por su parte, estuvieron cercanos a la intención del evento, enfocados en su mayoría hacia los temas comunitarios. No obstante, como principal desliz persiste la reiteración de las mujeres en roles asociados al ámbito privado: cocinar, lavar, servir a as demás personas de le familia, etc.

Por su parte, en el encuentro de la región central, con sede en la Ciudad de los Tinajones, se analizaron más de 60 productos comunicativos, divididos en dos comisiones: audiovisuales (radio, televisión y multimedia) y trabajos escritos (prensa escrita-ponencia-blogs).

En tierras agramontinas, los trabajos destacaron por su intencionalidad desde una perspectiva de género, con tópicos como sociedad, sexo en la tercera edad, género y discapacidad, masculinidad, violencia de género, representación de la mujer en el video clip, entre otros. Asimismo, se presentaron investigaciones realizadas en varias sedes universitarias, algunas en opción al grado de Máster en Ciencias de la Comunicación.

Se visualizaron avances en la aprehensión de los conocimientos sobre género, (aportados por las capacitaciones) y el creciente interés de nuevas personas por sumarse a los talleres, cursos y diplomados que convoca anualmente la UPEC.

Algunas propuestas trascendieron los objetivos del evento al plantearse la posibilidad de realizar intercambios y capacitaciones en los medios municipales, además de utilizar las nuevas tecnologías para socializar información.

En general, ambos encuentros permitieron evaluar el trabajo realizado en el Programa Nacional de Capacitación en Género. En los debates se identificó la necesidad de hacer énfasis en el tema del sexismo en lenguaje, precisamente uno de los más polémicos, así como trascender la visibilización de la mujer en diversas esferas, en aras de problematizar la realidad y aprovechar todas las potencialidades de la categoría género.

Asimismo, se insistió en la multiplicación de los conocimientos para sensibilizar y capacitar a las personas que intervienen en los procesos productivos de los diferentes medios.

Otra demanda estuvo asociada al abordaje de los temas desde estrategias de comunicación con los correspondientes pasos de diagnóstico, análisis, realización del producto y estudios de recepción. Ello favorecerá la intencionalidad, la incidencia en el público meta y sobre todo, la calidad de los productos comunicativos.

Conquistar espacios para los temas de género y trabajar de forma constante y no solo durante campañas fueron otros elementos resaltados en los eventos regionales de oriente y centro.

Entre lo conquistado y los nuevos retos se debate hoy sobre género y comunicación. La apuesta, además de la realización de eventos y capacitaciones, debe partir del compromiso y de una mirada de género que acompañe siempre cada creación.

lunes, 14 de abril de 2014

Yarisley Silva: Tocar el cielo

Una de las mejores atletas cubanas del momento conversa acerca de los sucesos más trascendentales de su carrera deportiva.

Por Jesús E. Muñoz Machín

Fotos: Jorge Camarero Leiva


El pasado año marcó la consagración definitiva de Yarisley Silva como una de las mejores pertiguistas del mundo. La estelar atleta cubana, nacida el primero de junio de 1987, en Pinar del Río, parece estar destinada a tocar el cielo con sus saltos.

Campeona de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 (México) y subtitular olímpica en Londres 2012 (Reino Unido), la carismática garrochista tuvo también un 2013 de ensueño, en el que obtuvo casi una veintena de medallas, incluidas el bronce en el Mundial de Atletismo de Moscú, Rusia, el segundo puesto en la Liga del Diamante, así como su marca personal de cuatro metros y 90 centímetros –tercera mujer en la historia que consigue dicha cota.

Los resultados competitivos de Yarisley avalan cualquier elogio, máxime cuando se trata de una modalidad poco practicada en el país y sin antecedentes exitosos. Sobre su carrera deportiva, metas y sueños futuros, la vueltabajera conversó con Mujeres.

Desenfadada, quizás acostumbrada a las entrevistas, Yarisley relata que sus inicios en el atletismo fueron en la Escuela Primaria Manuel Ascunce Domenech, en el kilómetro dos de la carretera hacia Viñales, en la más occidental de las provincias cubanas. Rememora sus incursiones en carreras de velocidad, donde llegó a obtener medalla de bronce como integrante de una cuarteta de relevo corto.

A los 11 años sobrevino la captación para la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Ormani Arenado Llonch. “Comencé en pruebas de eventos múltiples, pero consideraron que era muy pequeña para desempeñarme en tantas modalidades y sugirieron que cambiara a salto con pértiga”, refiere.

Así llegó a la garrocha, deporte del que jamás había escuchado. “Fue difícil –explica-, porque no sabía ni cómo agarrar la pértiga, pero aprendí rápido y desde que comencé a competir obtuve buenos resultados. En mis primeros Juegos Escolares, en la categoría 13 -14 años, salté 2,60 metros y fui segunda. Pero al año siguiente gané oro con 2,90 y el profesor Alexander Nava me captó para el equipo nacional”.

Silva llegó a la preselección cubana con apenas 15 años. Sin hacer mucho ruido logró mejorar sus marcas hasta llegar a cuatro metros, altura que logró en 2004 bajo la tutela del entrenador Ángel García.

Como para tomarle el pulso a los podios, Yarisley obtuvo una presea de plata un su debut internacional, durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias 2006, en Colombia, donde escoltó a su coequipera Maryoris Sánchez.

“Fue mi primera competencia fuera del país, y estaba muy nerviosa. Fuimos sin entrenador, pero Maryoris (Sánchez), Lázaro (Borges) y yo nos apoyamos siempre para que salieran los resultados”, comenta emocionada.

Un año después, en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil, la veinteañera Silva demostró sus progresos con un meritorio tercer lugar y registro de 4,30. “Veía lejanas las medallas, pero siempre soñaba con la posibilidad de subirme al podio. Te digo más, durante la competencia creí realmente que podía aspirar al oro”, resalta.

En tierras cariocas se impuso la local Fabiana Mürer, quien ganó son 4,50, registro al que Yarisley aún no había accedido. Pero el tercer lugar bastó a la pinareña para inscribir su nombre en la historia del deporte cubano como la primera pertiguista en obtener una presea en justas continentales.

En 2008, Yarisley logró sobrepasar los 4,50, pero su ascenso hacia la élite se detuvo y durante buena parte de la temporada no pudo igualar sus mejores marcas. Así llegó a los Juegos Olímpicos de Beijing, donde fue eliminada con pobre performance de 4,15 metros.

A suelo asiático llegó con problemas psicológicos y técnicos, sobre todo asociados al despegue. No obstante, Yarisley cataloga esa experiencia bajo los cinco aros como un gran aprendizaje.

Por ello alega que, “a pesar del mal resultado, allí pude toparme con la Mürer, (Yelena) Isinbáyeva, (Jennifer) Suhr y otras de las mejores del mundo. Pude, además, darme cuenta de que sí podía seguir adelante, insertarme en la élite y pensar en discutir medallas ante las consagradas”.

Perseverancia y voluntad definen a Yarisley.
Tampoco le fue bien en las temporadas 2009 y 2010, pero lejos de amilanarse, reconoce que esos tropiezos, unas veces fruto de los pobres resultados, otras por falta de apoyo de las personas que dirigían el atletismo cubano, la ayudaron a ser más consciente del esfuerzo y la dedicación necesarios para triunfar.

El 2011 significó la eclosión definitiva en su carrera. En el Mundial de Atletismo de Daegu, en Corea del Sur, la vimos elevarse hasta 4,70 y ubicarse en la quinta posición. Luego, como colofón de una excelente temporada, Guadalajara le deparó una inolvidable medalla de oro en la lid panamericana. Sus 4,75 le valieron para desbancar del trono a la reciente titular del orbe Fabiana Mürer.

“Realmente pensábamos en la medalla de plata porque estaba la campeona del mundo, pero todo salió de maravillas. Fue una de las competencias más lindas y tensas de mi carrera. El público aplaudía y gritaba por las dos en cada salto. El ambiente era espectacular”, rememora.

La emoción contenida de Yarisley termina por expresarse en lágrimas cuando narra su incursión plateada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
“Fue un sueño convertido en realidad. Después de un primer fallo inesperado en 4,45 me concentré, no me rendí…” Toma un respiro, y luego agrega: “En ese momento ni siquiera crees que esté sucediendo, y después piensas también en toda la gente que te está mirando, en la familia, las amistades…”

También evoca los años de esfuerzo al valorar su actuación de 2013. “Nada es fruto de la casualidad –asegura-. Ahora soy una deportista madura, pero se debe al trabajo constante y el sacrificio”.

Asimismo, no podían faltar en la entrevista palabras de agradecimiento para su entrenador Alexander Nava, quien por más de una década la ha acompañado en su crecimiento como atleta.


“Es como mi familia, mi padre. Nava es un hombre inteligente, metódico y, sobre todo, buena persona. Además del deporte, me ayuda con la escuela y con sus consejos”, expresa.

Yarisley junto a su entrenbador Alexander Nava.
Sobre las proyecciones para este año, confiesa que sus principales motivaciones giran en torno a ganar la Liga del Diamante y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, en México.

Pero antes de la despedida, la única cubana en subirse al podio de los eventos más encumbrados en la modalidad de salto con pértiga revela uno de sus mayores anhelos: “Quiero llegar a los cinco metros”. Seguramente, ese será motivo de una próxima entrevista.

Nota: La entrevista fue realizada días antes de que Yarisley alcanzara la medalla de oro en el Campeonato Mundial Bajo Techo en Sopot, Polonia.