martes, 3 de julio de 2012

La pelota, la bola y Mañach

Por Jesús E. Muñoz Machín

A finales de la década del treinta del pasado siglo el intelectual Jorge Mañach escribió sobre la pasión de los cubanos por los elementos esféricos. Decía el catedrático que nuestras diversiones más populares eran la pelota, la bola y la bolita.

En la actualidad las tres redondeces continúan bien arraigadas. Sin embargo, en este trabajo obviaremos la bolita. El juego de azar ha representado un ejemplo de impaciencia ante las vicisitudes económicas y el aburrimiento, pero no alcanza grandes magnitudes en su vínculo con el universo deportivo.

El béisbol no necesita presentación. Es entretenimiento, cultura, política (demasiado para mi gusto) e indudable símbolo de cubanía. La bola, por su parte, es una especie de “infundio alarmista”, un “desahogo personal” ante las frustraciones, apuntó Mañach.

Entre ambas existe una conexión evidente. Sucede que el deporte nacional se ha convertido en uno de los mayores contribuyentes en la propagación de bolas. Ahora explico.

Cuando la Comisión Nacional de Béisbol debe designar el mentor del equipo Cuba, casi siempre “se toma su tiempo”. Entonces los fervorosos aficionados comienzan a especular: ¿será fulanito, menganito, juancito o pepito? La prensa intenta buscar información y no se la dan. El pueblo no entiende y cuestiona desde los agentes de seguridad y protección de los estadios hasta las altas esferas políticas de la nación.

Los profesionales de la comunicación –no todos, claro- se lanzan varias veces y el resultado es el mismo: silencio. Entonces suelen aplicar una fórmula lezamiana: “puesto que me desatiendes, te desconozco”.

El círculo vicioso se repite con el anuncio de los peloteros a los eventos internacionales, el juego de las estrellas y con cada modificación dentro de nuestro principal pasatiempo.

Por ello no paramos de inventar “mentiras” que sirven de consuelo y estímulo ante la incertidumbre, a veces trasmutada en dolorosa impotencia. Por suerte el sentimiento es compartido por muchos -la bola comienza en el ámbito individual y alcanza su máxima expresión en la colectividad-.

Por estos días varias bolas “pican” y “se extienden”. La gente especula con el director para el Tercer Clásico Mundial, la estructura para el próximo campeonato nacional y la presumible participación de Cuba en la Serie del Caribe.

Por qué no se dice oficialmente si será o no Jorge Fuentes el manager de la escuadra criolla, si tendremos 16 0 17 equipos en la serie y si vamos o no a la susodicha lid regional. Lo admito, no tengo la respuesta.

Por lo pronto continuaré conviviendo con las bolas. Escuché que Fuentes será el timonel para el Clásico; asistiremos a la Serie del Caribe; y solo16 elencos pugnarán por el cetro en la próxima contienda beisbolera.

Estas no son las únicas bolas sobre las cuestiones referidas, pero sí las que prefiero creer. En el fondo, como a Mañach, me asiste el sentimiento de que si no es verdad lo que digo, debiera serlo.

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