Yamara Amargo, selccionada la Mejor Jugadora en el FIBA Américas. |
Por
Jesús E. Muñoz Machín
En el sector periodístico no es común
elogiar el trabajo ajeno, aun cuando esta práctica puede ser un excelente
ejercicio de humildad. En este caso, el reconocimiento es para el trabajo
“Ellas pitan como el tren”, publicado hace unas semanas en el diario Juventud Rebelde, por Norland Rosendo.
Se trata de una entrevista realizada a
Rainel Panfet, director técnico (DT) del equipo Capitalinas, que disputa la Liga Superior de
Baloncesto (LSB) femenina. Un elemento sobresale en el texto: la
intencionalidad de visibilizar el torneo de mujeres. Para deslizar las
siguientes reflexiones, y con permiso de Rosendo, me apropio de algunos criterios
expuestos por Panfet en la entrevista.
El DT de Capitalinas fue enfático cuando
expresó: «Pero en mi modesta opinión pudiera dársele más atención por parte de
los directivos del deporte y por la prensa. Ellas también merecen ser
televisadas (…)».
He aquí una realidad del movimiento
deportivo cubano: salvo honrosas excepciones -judo, ciclismo, voleibol décadas
atrás, etc.- se priorizan los eventos de hombres. En el caso del baloncesto, la
inequidad encesta canastas de dos y tres puntos cuando cada año los partidos de
ellas son programados en horarios menos favorables para el público y las
trasmisiones televisivas.
Las desigualdades se manifiestan además en
la cantidad de partidos jugados por temporada. Si bien ambas LSB están revistas
con 28 partidos para cada torneo, hay un desbalance en las etapas previas. Mientras
los varones tienen un Torneo de Ascenso con aproximadamente 20 encuentros,
ellas apenas disputan una exigua fase clasificatoria durante un solo fin de
semana.
La poca atención que recibe el baloncesto
femenino también se manifiesta en la prensa. Una somera revisión a los medios
de comunicación permite constatar la escaza divulgación del campeonato para
mujeres.
La situación es más dramática en el caso
de la radio y la televisión. En sentido general, el baloncesto tiene una
limitada presencia en la programación deportiva. Pero si se comparan ambos
campeonatos, el desbalance de las coberturas es totalmente desfavorable para
ellas. Sencillamente, sobran los dedos de una mano para contar los partidos de
mujeres trasmitidos cada año en nuestras emisoras y en la pantalla chica.
Lo correcto sería respaldar por igual
ambos certámenes. No obstante, si de merecimientos se trata, la balanza debiera
inclinarse a quienes hoy son menos favorecidas. El DT de las Capitalinas,
Rainel Panfet, fue preciso en sus declaraciones al subrayar que la LSB femenina “es el campeonato
más importante de Cuba en los últimos años; gracias a este certamen se
foguearon las atletas que alcanzaron el título FIBA Américas, recientemente, en
México, y el boleto para el Mundial de baloncesto femenino el año próximo, en
Turquía”.
Aunque se disputa ya la segunda vuela de
ambas LSB, aun estamos a tiempo de corregir lo mal hecho. Las muchachas que
visibilizan el baloncesto cubano a nivel internacional reclaman la atención de
las autoridades deportivas y de la prensa. Nuestras campeonas de América exigen
–merecen- más reconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario