jueves, 3 de agosto de 2017

Mujeres en la fotografía: (re)haciendo la historia


Retrato tomado alrededor de 1919. Foto: http://www.eldiariomontanes.es
Autor: Dainerys Mesa Padrón
El Catálogo de Fotógrafas Cubanas proviene de las tesis de licenciatura de Aldeide Delgado Puebla (Historia del Arte, Universidad de La Habana, 2016) y propone un registro de más de cincuenta creadoras, entre profesionales y aficionadas, desde 1853 hasta 1959.

Es un trabajo que llena un vacío alarmante, en cuanto a los documentos que existían sobre el trabajo de muchas mujeres importantes para el panorama contemporáneo de la fotografía en Cuba.

Las tesis de licenciatura representan un ejercicio académico profundo y útil. Que ambas características alcancen su gloria depende, en un elevado porciento, de la capacidad del investigador o investigadora para obtener de un tema cualquiera un hallazgo relevante.

Sin embargo, muchas instituciones universitarias, y otras vinculadas con este ejercicio de último año de carrera, desprecian los resultados a su disposición. El «engavetamiento» de las tesis es una tendencia de años, que parece repetirse en el tiempo y hasta en los nuevos contextos de la Educación Superior en Cuba.

Muy pocas, poquísimas, logran trascender el momento de la defensa en estudios de maestría más profundos, aplicaciones prácticas o publicaciones. Entre esas, por suerte para la comunidad artística cubana, está la tesis de licenciatura de Aldeide Delgado Puebla, graduada en el año 2016 de Historia del Arte, en la Universidad de La Habana.

El trabajo expone la obra de aquellas fotógrafas cubanas de las últimas décadas, en tanto describe una serie de coyunturas que hicieron que estas mujeres quedaran al margen del movimiento contemporáneo fotográfico de la Isla. 
Aldeide Delgado Puebla.Fotos: Cortesía de la entrevistada

 ¿Por qué este tema?

«Cuando me enfrenté al hecho de tener que ­escoger un tema para mi trabajo de Licenciatura —en aquel momento estudiante de tercer año de la carrera— quería trabajar una problemática ­insuficientemente estudiada y de enfoque historiográfico.

«La investigación es algo que me apasiona, el trabajo en archivos, la acción de descubrir historias pasadas… De ahí que estuviera muy decidida en cuanto al tipo de análisis que implementaría durante el proceso de estudio. A ello habría que sumar un interés perenne por lo no hegemónico, lo lateral, lo subversivo. De esta manera comencé a leer sobre fotografía, por considerarla una manifestación preterida en los estudios de Historia del Arte, mientras asistía a los talleres de género impartidos por Danae Diéguez mediante el proyecto Mirar desde la sospecha, en la Uneac.

«Allí con frecuencia comentábamos sobre la obra de Marta María Pérez o Cirenaica Moreira, al tiempo que otros ensayos declaraban un incremento de las mujeres como fotógrafas a partir de los años noventa. Aún no sabría explicar por qué me produjo tanta inquietud ­—desconfianza— la lectura de ese dato. Tal vez por aquello de “mirar desde la sospecha”, pero lo cierto es que decidí realizar un proceso de revisión y de búsqueda de aquellas ­autoras hasta entonces desconocidas, o poco visibilizadas, en la historia de la manifestación en Cuba».

¿Qué pretendió este proyecto como tesis, y ahora, como libro?

«La tesis pretendía, en primer lugar, dejar de ser tesis. Siempre la pensé como libro debido a la importancia del tema. Era necesario dar a conocer la información que revelara. Publicarla fue su primer propósito, ser más que un ejercicio académico, y así la asumí. Se trata de generar una tradición que provea de paradigmas y referentes a las autoras contemporáneas, a la vez que incluye su participación en la historiografía del arte fotográfico cubano».

¿Cuáles son los principales hallazgos de esta investigación?

«Uno de los mayores aportes ha sido el rescate de la labor realizada por mujeres durante la segunda mitad de los siglos XIX y XX. De la primera etapa (siglo XIX), algunos investigadores anteriores como Jorge Oller, Rufino del Valle y Grethel Morell habían hecho referencia en ­artículos y ensayos de Internet. Mas, el Catálogo de Fotógrafas Cubanas tiene entre sus méritos contar con un amplio banco de imágenes que indiscutiblemente enriquece el trabajo desarrollado por mis otros colegas.

«Cuando empecé este proyecto, era común escuchar sobre la ausencia de fotógrafas en el panorama artístico cubano; sin embargo, hoy puedo declarar el registro de más de cincuenta creadoras entre profesionales y aficionadas, desde 1853 hasta 1959.

«Otro hallazgo fue encontrar, en los archivos del Club Fotográfico de Cuba, una Sección Femenina cuyo objetivo era “propagar en el sector femenino el conocimiento y la técnica del arte fotográfico, así como crear un ambiente más social”. Por otro lado, ha sido fundamental escuchar las experiencias de vida y contactar a las artistas del lente en activo fuera de Cuba».

¿Cómo muestra este catálogo a las autoras cubanas en sintonía con su obra y su tiempo?

«No es posible comprender a cabalidad la producción realizada por mujeres si no se tiene en cuenta el contexto en el cual se insertan. Desde esta perspectiva, el Catálogo de Fotógrafas Cubanas se divide en dos partes. Una primera denominada “Hacia una tradición de fotógrafas en Cuba (1853-1986)” y la otra, “Posicionamiento de las fotógrafas en el contexto artístico cubano, (1987-actualidad)”.

«Cada una de las partes profundiza en las características sociales, políticas y económicas que propiciaron la participación o no de las mujeres en la manifestación, a la vez que se establecen las características temáticas y estilísticas de su producción».

¿Cuál era la situación de los estudios sobre el papel y la impronta de las mujeres en la fotografía cubana, cuando comenzaste a investigar?
«Aproximarse a los estudios sobre este arte en Cuba supone una tarea compleja debido a lo dispersa que se encuentra la bibliografía. Más allá de los trabajos de María Eugenia Haya y de Enrique de la Uz, así como la antología Cuba, 100 años de fotografía, los cuales se realizaron desde una perspectiva panorámica a partir de la llegada de la manifestación hasta bien entrado el siglo XX; la historia del medio fotográfico ha sido escrita a partir de los trabajos de diploma y los disímiles artículos que se encuentran en catálogos y revistas especializadas.

«Los mismos abordan temáticas específicas, por lo que aún carecemos de un texto o una compilación que analice desde diferentes perspectivas el desarrollo de la manifestación en el país y sus principales problemáticas. Aunque he de destacar la publicación reciente del Diccionario histórico de la fotografía en Cuba, de gran utilidad por su carácter enciclopédico.

«Luego de revisar diversas fuentes en distintos soportes y formatos pude constatar que si bien algunos textos revelaban nombres de fotógrafas, la escasez de información con respecto a la presencia de mujeres en el medio resultaba preocupante. Los contenidos cuya intención es ofrecer un panorama del desarrollo de la manifestación en Cuba, entre ellos Sobre la fotografía cubana y Apuntes para una historia de la fotografía en Cuba, de María Eugenia Haya, así como la ya citada Cuba, 100 años de fotografía (resultado de una investigación en los fondos de la Fototeca), solo mencionan a dos fotógrafas del siglo XlX por su cualidad de ser las ­primeras mujeres en el medio. Un vacío se producía hasta las postrimerías de la década del setenta, cuando aparecen los nombres de Abigaíl García y Marucha.

«Por otro lado, algunos estudios enunciaban de manera tangencial el tema en cuestión, como por ejemplo el trabajo de diploma La fotografía documental cubana en la década del noventa, de Nahela Hechevarría, en el cual se expone que es en esta etapa cuando emergen fotógrafas «en un medio que históricamente —al menos en Cuba— ha sido acaparado por hombres».

Del mismo modo, como acto de culminación de estudios de la carrera Historia del Arte, Ana Gabriela Ballate realizó una multimedia titulada Fotógrafas del Nuevo Milenio, donde registra la labor de once artistas.

«También se encontraban los artículos “Al filo del deseo o con mirada de mujer” de Rufino del Valle y Ramón Cabrales, donde cuestionan la existencia de un ideal machista en la sociedad y cómo, a partir de una mirada androcéntrica, nos acercamos a las diferentes manifestaciones artísticas.

«El ensayo enumeraba una suma de 35 fotógrafas, lo que constituyó un gran incentivo durante la primera etapa del proyecto. Además, el texto Mujeres fotógrafas y fotografiadas en el siglo XIX cubano, de Grethel Morell, representó un significativo exponente sobre la producción de las féminas en las postrimerías del siglo.

¿Qué mirada aportó a ese breve corpus el catálogo?

«Los ejemplos enunciados tienen el mérito de hacer énfasis en un fenómeno poco atendido en la historia de la fotografía cubana, sin embargo, su alcance era aún limitado. Faltaba un análisis detallado y específico que se enfocara en la construcción de una historiografía y que a la vez se acercara al fenómeno desde una perspectiva teórica y crítica.

«El conocimiento sobre la participación de las mujeres en la fotografía cubana era insuficiente. Temo decir que aún lo es. El Catálogo de Fotógrafas Cubanas viene a suplir un poco esta carencia».

Tomado de: http://www.almamater.cu/revista/haciendo-la-historia


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