Respuesta a la crítica de
Ana Vera Estrada De lo que una frase hecha nos
puede sugerir publicada en Perfiles de la Cultura Cubana. Revista del Instituto Cubano de Investigaciones Juan Marinello.
Coordinador General
RIAM
Los estudios de masculinidades en
su recorrido por las ciencias sociales ya pasan de más de cuatro décadas y
tienen un camino azaroso por los controversiales temas que abordan.
Como parte del desarrollo de estos temas en Cuba he estado vinculado
desde el inicio a sus debates y polémicas con posiciones desde el activismo y
la academia.
Agradezco a la crítica literaria
y historiográfica cubana todos los comentarios plasmados alrededor de mi
libro Macho
Varón Masculino. Estudios de Masculinidades en Cuba, con especial
énfasis la escrita por Fernando
Rodríguez Sosa, que sin ser especialista en el tema de masculinidades
utiliza argumentos sólidos y con un profundo respeto. Rodríguez Sosa es uno de
los críticos pilares en la promoción del buen hábito de la lectura desde sus
espacios en los medios de comunicación escritos, radio y en el emblemático
programa de televisión Escriba
y Lea.
Hay otro tipo de
crítica que siempre me ha llamado la atención de forma negativa y es la que se
promueve desde comentarios frívolos, adornados con un lenguaje seudocientífico
y firmado por personas que utilizan su grado académico desde la ciencia de la todología,
esa donde el crítico siente o piensa que sabe de todo y opina sin estudiar la
temática. Este es el caso De lo que una frase hecha nos puede sugerir,
de Ana Vera Estrada, publicada en Perfiles de la
Cultura Cubana. Revista del Instituto Cubano de Investigaciones Juan
Marinello.
Desde
el inicio Vera Estrada denota una molestia con la frase que titula el
libro Macho Varón Masculino. Estudios de masculinidades en Cuba, la
cual cataloga con mentalidad androcéntrica, a
la vez que incorpora una expresión popular más propia de la época de nuestras
abuelas que de la actualidad.
Ella
advierte con su criterio un desconocimiento sobre la temática con una frase
que tiene total vigencia entre los hombres cubanos de todas las generaciones.
Para seleccionar dicha frase que da título al libro, en forma de provocación,
se hicieron varias encuestas donde se resumían las masculinidades hegemónicas
de los cubanos y esta era la que más lo representaba. La explicación se resume
en la Introducción
del libro en la página 9 donde digo: Cuando uno pregunta de forma general
a un hombre en Cuba sobre su hombría y como la define, una respuesta probable
es hombre es cualquiera. Inmediatamente después frunciría sus cejas para
afirmar de forma categórica: lo más importante es ser macho, varón y masculino.
El argumento a esta afirmación lo debemos buscar en la Historia (…) (González
Pagés, 2010, p. 9)
Todas
estas afirmaciones están avaladas, como en el resto del libro, por talleres,
seminarios y jornadas científicas de masculinidades en Cuba, donde Ana Vera
nunca ha estado presente, y de seguro, si hubiera participado en cualquiera de
los debates, no hubiese escrito una valoración manipuladora y subjetiva, propia
de una francotiradora en temas sociales y de masculinidades.
En su
crítica llega a cometer errores imperdonables como citar mal el nombre del
título del libro, opinar de forma errática sobre
prácticas deportivas de la cual ella no posee ninguna especialización y llegar
a cuestionar temas sobre la sexualidad masculina desde lo empírico anecdótico.
Parece que estaba tan apurada en hacer la descalificación que no le dio tiempo
a revisar su texto pero sí en reproducirlo inmediatamente en la revista
norteamericana Cuban Studies.
Un
punto alucinante en sus incursiones en la masculinidad es cuando carga contra el
tercer capítulo y dice: El capítulo sobre sexualidad se abre con un
subtítulo provocador: el “miembro” ilustre, que, más que una reflexión crítica
sobre las aberraciones del canon falocéntrico del patriarcalismo aún vigente en
muchos sectores sociales, parece una festiva celebración de su predominio.
Realmente algunas personas especialistas en género que leyeron el libro y su
crítica me indicaban que esta divagación solo demuestra parte de una
sistemática oratoria de Ana Vera, donde siempre todo lo que se relaciona con el
hombre y el pene le parece descalificador para las mujeres. En las páginas 65 a la 69 del libro Macho
Varón Masculino. Estudios de Masculinidades en Cuba
se critica el falocentrismo y se explica sus orígenes en Cuba y América Latina
de una forma bastante amplia como para que las dudas sean solamente las de
ella.
También
le molesta las referencias a los cuerpos de los hombres argumentando: tampoco
se justifica el empeño por nombrar las piezas teatrales donde figuran desnudos
masculinos poco aportadores a la ruptura del canon que se desea modificar. Este
argumento es propio del tribunal de la inquisición sexual ¿Qué canon desear
modificar? Espero que no sea la castración, ya que me tendrá entre los
defensores de preservar el miembro masculino.
En una entrevista al periódico
Grama, Órgano Oficial del Partido Comunista
de Cuba, del 9 de marzo de 2012, la citada Vera Estrada confiesa: Me
preparé como especialista en literatura y siempre tuve inclinación por los
conflictos sociales. Esa es la razón por la que, al terminar de estudiar, me
dediqué a lo que siempre había soñado, indagar en la vida social.
Las críticas que emite parecen corroborar que no ha podido estudiar
todavía sobre algunas temáticas sociales, con especial énfasis en las
relacionadas con los hombres y sus masculinidades.
Es vergonzoso que en temas de
emergencia social como la violencia llegue a decir: Apelar a las autoridades y a los órganos de poder de la
sociedad para que desarrollen iniciativas encaminadas a combatir la violencia
callejera, aunque contribuye a visibilizar problemas y señalar puntos hacia
donde debe dirigirse la mirada de las autoridades, no parece un recurso efectivo
por el tono ligero y en apariencia descomprometido en que está presentado el
señalamiento. Mi compromiso con el
tema nunca ha sido ligero. Desde hace muchos años he encabezado en Cuba y
varios lugares de América Latina como Honduras, Colombia y México, grupos de
hombres y masculinidades para promover con profundidad y compromiso estas
tareas.
Como
consultor en temas de violencia y masculinidades de varios organismos de la ONU , me he vinculado con
realidades sociales concretas que van más allá de un estudio de caso o una
entrevista realizada en una oficina. La lealtad con la temática de la no
violencia me lleva casi todas las semanas a realizar acciones sin ligerezas y
descompromisos como argumenta Ana Vera. Ella no es conocida por realizar
ninguna labor de prevención social, ni trabajo con grupos vulnerables ¿Por qué
exige con lo que no predica?
Un
sesgo en su trabajo es la discriminación generacional contra los investigadores
jóvenes que integran el equipo de trabajo de la Red Iberoamericana
y Africana de Masculinidades. El prologuista Yonnier Angulo Rodríguez, graduado
y en un punto culminante de hacerse Máster en Estudios de Género de la Universidad de La Habana no es solamente una
persona que explicita los objetivos de su maestro como argumenta
Ana Vera. Ella descalifica al investigador Angulo Rodríguez al decir parece
un tanto ingenua su aspiración de que el libro se constituya en herramienta de
transformación social.
Te
puedo decir Ana que este libro sí se ha convertido en herramienta de trabajo de
transformación social con la venta de 40 mil ejemplares en toda la Isla y una amplia difusión en
todos los medios de comunicación del país. Este año junto al equipo del Foro de Masculinidades en
Cuba y acompañando la gira
contra la violencia de género de la cantante Rochy, visitamos 17 ciudades
impartiendo talleres con jóvenes y otros sectores sociales desfavorecidos
socialmente. Los campesinos bajaron de pueblos aledaños con el libro para
preguntar y analizar. Las escuelas lo están utilizando para sus debates sobre
la violencia de género y es un referente en las nuevas tesis de obtención de
grados científicos de todo el sistema de enseñanza del país. Esto acaso no es
una transformación social en un país machista donde cuesta aun mucho debatir
sobre estos temas ¿Cuál es tu concepto de transformación social? ¿Lo tienes?
A los
autores jóvenes Yonnier Angulo Rodríguez y Dayron Oliva Hernández también
los descalifica en el último capítulo sobre Masculinidades y Migración que
realizan con mi coautoría cuando dices: exagera al aceptar sin demasiados
argumentos la existencia de una imagen descalificadora de los inmigrantes
gallegos en la mentalidad popular cubana de la primera mitad del siglo XX (…)
Es uno de los peligros de esbozar conclusiones sin partir de una exposición de
los datos que las sustentan. Por supuesto que este libro no es una
tesis doctoral, y tú misma le restas importancia con otro argumento
descalificador al subestimar la importancia que tienen para un trabajo
histórico las fuentes publicisticas y documentales que se utilizan.
En la
entrevista ya citada al periódico Granma se dice sobre tu trabajo: Al
indagar por las fuentes utilizadas en sus investigaciones refiere la oral, los
testimonios y entrevistas, a través de los cuales puede escribir las historias. Creo que tus declaraciones ilustran lo peligroso de
hablar sobre la metodología de la historia social y sus fuentes sin conocerla a
profundidad. Esto te llevó en el pasado también a intentar descalificar la obra
de las historiadoras Raquel Vinat y
Dania
de la Cruz, algo que no pudiste realizar por tu bajo perfil académico en
asuntos de metodología e historia.
Los
investigadores Angulo Rodríguez y Oliva Hernández son jóvenes historiadores con
un amplio dominio de la metodología y la teoría de la Historia de las cuales
son graduados con máximas calificaciones. Ambos son ganadores de la Beca de investigación Ernesto
Che Guevara de la Asociación
Hermano Saiz (2010) y fueron sometidos todos sus
argumentos, esbozados en el libro, a tribunales de la Facultad de
Filosofia e Historia y la Cátedra
de la Mujer de la Universidad de La Habana.
Los
tribunales de tesis contaron con la presencia de reconocidas figuras de
la historiografía cubana y los estudios de género como son la Dra.
Francisca López Civeira, Dr. Edelberto
Leiva, Dra.
Norma Vasallo y Dra.
Isabel Moya por solo citar algunos nombres. Solamente estos argumentos
servirían para pensar donde sometes tú los criterios tan ligeros sobre estos
temas sociales. Dudo mucho que con el rigor que tienen los Consejos
Científicos tanto cantinfleo sea homologado alguna vez.
La
comparación errática y malintencionada de mi figura con la del desparecido
ensayista Rufo
Caballero, añaden otras licencias irrespetuosas. Realmente el fue un
crítico con una obra conocida alejada del vicio de otros investigadores de solo
realizar compilaciones y coautorías, anotándolas posteriormente en su currículo
para figurar como autores.
El
compromiso con mi país, el tema y el cambio de mentalidades está sustentado por
muchas acciones verificables. Invito a Ana Vera Estrada a un debate público,
donde pueda dar la cara sobre el tema y mostrar sus aportes al tema de las
masculinidades.
Ver artículo de Ana Vera en: http://www.perfiles.cult.cu/article.php?numero=6&materia=5&article_id=247
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