martes, 25 de septiembre de 2012

El gran silencio

Por Jesús E. Muñoz Machín

El pasado viernes 21 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Paz. Desde el 2001, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), decidió que esa fecha señalaría la atención de todos los pueblos para la celebración y observancia de la paz.

En Cuba,  realmente no sé si los profesores explicaron en las escuelas por qué un día para ello. No sé si en los matutinos de los centros de trabajo, junto al ritual de leer una noticia nacional, otra foránea y el pase de lista, dedicaron unos segundos a hablar del tema.

Solo estoy seguro de algo: buena parte de los medios de comunicación cubanos ignoraron “olímpicamente” un día tan especial. Quizás algunos consideran que esa palomita blanca que simboliza la paz es demasiado cursi –tal vez ni siquiera son amantes de las aves-, o puede ser que ya estemos cansados de escuchar la palabra PAZ en los discursos políticos justo antes de que comience otra guerra.

Prefiero creer que la causa del imperdonable olvido ha sido algún agente externo, un virus lanzado por extraterrestres desde Marte o cualquier cosa sacada de una película de Tarantino. Sin embargo, he pasado los últimos días escuchando, leyendo y viendo lo mismo de siempre: protestas en países árabes por video ofensivo contra los musulmanes, arremete policía chilena contra manifestación estudiantil, Afganistán, Siria, Libia, Egipto, la Isla del Coco… todos están envueltos en clímax de violencia o conflictos bélicos… En esos titulares podríamos encontrar la respuesta: ya nadie habla de paz porque está de moda la guerra.

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