Imagen tomada de www.telegraph.co.uk |
Graduado del curso de narradores y comentaristas deportivos de la emisora COCO.
Si. Existe ahora una “medios-novela” escrita por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés). El protagonista es una leyenda viva del ciclismo universal: Lance Armstrong. ¡Ese mismo! El norteamericano que ha ganado siete veces el famoso Tour de Francia.
Armstrong ha sido acusado de dopaje. Lo cómico de este “culebrón mediático” es que aún no se lo han demostrado (en más de 600 pruebas antidopaje a las que fue sometido durante años jamás dio positivo). Para colmo de males un excompañero de equipo a dado a conocer que en su próximo libro contará cómo hacía el multicampeón para consumir sustancias prohibidas; un libro que por demás es catalogado de “revelador”. Nada, este es el nombrecito que da una parte de la prensa especializada a un texto mediocre y con bastantes chismes.
Taylor Hamilton, el excompañero y rival archi jurado del ciclista de cuarenta años, será la luz que ilumine el camino, mientras la ciencia seguirá tanteando a falta de claridad. En declaraciones a la prensa, este ciclista despojado de su triunfo olímpico de Atenas 2004 por dar positivo a sustancias prohibidas, dijo: “Armstrong se dopaba igual a nosotros. Tenía EPO (Eritropoyetina, hormona de síntesis que aumenta la cantidad de glóbulos rojos y mejora el rendimiento muscular) en su taquilla como el resto.”
Mientras los medios fustigan al fuera de serie norteamericano, y la USADA les “vende” más historia, el exciclista desistió de pelear y los dejará decir y hacer a su antojo. Después de todo logró sus triunfos a base de trabajo, esfuerzo, sacrificio y talento.
Mientras tanto la entidad guionista de esta historia reconoce que no tiene pruebas, pero aún así lo ha privado de todos sus premios desde 1998; por aquello de la “teoría de la autonomía de su santa voluntad”, muy a lo USA.
El Comité del Tour de Francia no se ha pronunciado al respecto; tampoco lo ha hecho la Unión Ciclística Internacional (UCI). La historia está lejos de acabar. Los medios van a exprimirla para vender. Armstrong sigue tranquilo con su familia.
La USADA no tiene autoridad para quitarle los premios al campeón, y a muchos le preocupan las atribuciones que se están tomando, sobre todo, porque si esta vez fructifica el “show”, puede sentar precedentes para darle a determinadas entidades norteamericanas un poder más allá de lo imaginable.
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