La granmense Arlenis Sierra, la mejor ciclista de ruta cubana en la actualidad, ha comenzado a ganar prestigio en competiciones europeas. Foto: Astana Womens Team |
En 1894, la gallega Antonia Martínez
escandalizó a La Habana por montar en bici y 123 años después dos cubanas
debutan en la ciclo carrera más importante del mundo.
Por Jesús E. Muñoz Machín
Adelantada, precursora o visionaria, como quiera que le llamen, la joven nacida en Galicia recibió una batería de burlas, insultos, groserías y agresiones que de todas formas no impidieron la hazaña.
La provocación de Titina tuvo lugar en una época en la cual el espacio público era regulado y disfrutado casi exclusivamente por los hombres, quienes no dudaron en enjuiciar el comportamiento “libertino” de la hispana.
Aquellos hombres se sintieron “violados”, al apreciar cómo el “orden de las cosas” era transgredido por una gallega beligerante y con ciertos aires feministas. Las reacciones no se hicieron esperar.
El semanario La Carta del Sábado publicó una advertencia ante tal atrevimiento. La misiva, con fecha del 29 de diciembre de 1894, afirmaba que una “señorita” que osara irrumpir con ese desparpajo en ciertos espacios que le estaba vedados, “no sería una mujer, sería un fenómeno” (1).
Además, la gacetilla glosaba lo siguiente: “(Para la mujer) Esa no es su verdadera misión en la tierra, su misión está dentro del hogar doméstico, y para el hogar, en el cual ha de ser el ángel custodio de todas las felicidades, debe ser educada… No podéis creer ilustre señorita, que la emancipación de la mujer exija que sepa manejar el florete, que domine la bicicleta, que expuesta a las intemperancias y a las groserías arriesgue su tranquilidad y su pudor en la mesa de un café o vocifere en un club”.
Antonia también fue víctima del misógino “sentido del humor” de quienes popularizaron una cancioncilla referida al suceso. “Titinia, oh Titina, montando bicicleta, al doblar una esquina, se le ponchó una teta…”, tarareaban los machistas decimonónicos.
Sin embargo, resulta llamativo que casi un año antes la revista Fígaro había publicado una reseña sobre un grupo de mujeres matanceras que dedicaban parte de su tiempo libre al ejercicio de las bielas y los pedales, entre ellas Julia Bosch, primera cubana fotografiada mientras montaba su bici.
La noticia y la instantánea de Bosch no provocaron tanto revuelo, lo que lleva a pensar que el episodio de Titina no causó malestar porque haya irrumpir en un escenario dominado por los hombres, sino por haberlo hecho sin el “permiso” de sus pares masculinos, lo cual agravó la situación y fue tomado como un ultraje a la hombría de los habaneros.
Años después, la gallega explicó que su peripecia no fue festinada o casual. Así lo reflejó en una carta, fechada el 15 de noviembre de 1908, cuya destinataria era la periodista, sufragista y feminista María Collado.
En la misiva asegura que todos “quedaron sorprendidos al ver una mujer usando una bicicleta en La Habana en la temprana fecha del 12 de noviembre de 1894, esta acción me convertía en la precursora de algo que causó un gran malestar sobre todo en los hombres, pero no pudo ser detenido” (2).
La cubana Arlenis Sierra ha conquistado a la afición de Cuba y el mundo. Foto: Astana Womens Team |
En pleno siglo XXI una mujer cubana en bicicleta no sería un hecho escandaloso, ni siquiera singular. Que ganen medallas centroamericanas, panamericanas y mundiales no alarma, e incluso sería titular de varios de medios de comunicación. No imagino a nuestras ciclistas recibiendo críticas por encimarse sobre el sillín y pedalear con ligereza hasta la línea de meta.
Ellas dan vida al legado de la “libertina” y “atrevida” Titina y de otras que en épocas de poco acceso de las mujeres al universo de los rituales deportivos intentaron mostrar sus cualidades sobre bielas y pedales.
Quienes han vivido más, por ejemplo, tal vez hayan leído sobre algunas muchachas habaneras que ganaban trofeos en certámenes locales en la década del 40 del pasado siglo. En las páginas de la Revista Carteles aparecieron las hermanas Blanca y Rosa Pérez, quienes engrosaban las filas del Club Libertad y también participaban en torneos de la Asociación Atlética Femenina de Cuba en 1946. (3)
El tiempo pasó, y el ciclismo no solo se convirtió en un deporte con participación asidua de las cubanas, sino en una disciplina en la cual ellas superan por mucho lo conseguido por sus pares hombres. Hoy la historia de este deporte en la isla se escribe en femenino.
Pocos dudan que Titina se sentiría totalmente a gusto en la actualidad. Con exaltación aplaudiría los incontables triunfos protagonizados por las ciclistas cubanas en las últimas décadas. Mostraría admiración por los lauros de la villaclareña Yohanka González, multimedallista continental y mundial, quien además es la única antillana con presencia en el podio olímpico, hecho consumado en la cita de Beijing, China, donde se agenció la medalla de plata en la carrera por puntos.
Antonia Martínez disfrutaría sobremanera los resultados alcanzados por Lisandra Guerra en las pruebas de pista. La matancera, conocida como la “Locomotora de Colón”, exhibe un palmarés holgado, que incluye más de una decena de títulos en diferentes copas mundiales y el sexto lugar olímpico en la velocidad, esto último en Londres 2012.
Con gusto Titina hubiese pedaleado junto a Yudelmis Domínguez o Marlies Mejías, ambas con múltiples coronas panamericanas, centroamericanas y podios en certámenes del orbe.
Mejías, además, con el aval de haberse ubicado séptima en la prueba del ómnium en Río de Janeiro 2016 y ser una de las tres cubanas que ya debutó en un club profesional, en su caso con el elenco argentino Weber Shimano Ladies Power, único equipo latinoamericano con licencia de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
La bicicleta contribuyó a la liberación de la mujer desde finales del siglo XIX. Imagen tomada del sitio http://mxcity.mx |
Junto a otras 130 corredoras, la antillana recorrió las calles mediterráneas durante 10 jornadas, en las cuales desafió el cansancio para cumplir con los casi 1011 kilómetros programados en la edición 28 del prestigioso evento.
La campeona de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y lugar 28 de la ruta en la cita olímpica de Río de Janeiro 2016 agregó otra página a la historia del ciclismo practicado por mujeres en la nación caribeña. Las piernas de Arlenis lideraron el equipo profesional ítalo-kazajo Astana Womens Team, al que llegó en diciembre del año anterior.
La épica de las atletas cubanas del pedal también incluirá el nombre de la matancera Iraida García, participante en el giro italiano con el club local S.C. Michela Fanini Rox. Si bien la yumurina no estuvo al nivel de su connacional —ancló en el escaño 85 de la clasificación general individual—, puede ser considerada igualmente una precursora.
Cuando hace 123 años Titina recorrió las calles habaneras en bicicleta recibió la furiosa respuesta de una sociedad conservadora que la condenó por libertina y la consideró “un fenómeno”. Pero más de una vez ha sido así, con desparpajo y desenfreno, es que las mujeres han logrado quebrantar los límites del machismo tropical. (2017)
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Referencias:
[1] Véase Julio César González Pagés: “¿Modernas o transgresoras? Las mujeres cubanas en los espacios públicos 1895- 1902”. Publicado el 10 de diciembre de 2009. Disponible en: http://feminismocuba.blogspot.com/2009/12/modernas-o-transgresoras-las-mujeres.html.
2 Ídem. El historiador y antropólogo Julio César González Pagés cita la fuente original, ubicada en el Archivo Nacional de Cuba (ANC), Fondo Donativos y Remisiones, Fuera de Caja no.68.
3 Ver revista Carteles, 1946, #14, Año 27, p. 51.
Tomado de: http://www.ipscuba.net/genero/pasado-y-presente-del-ciclismo-femenino-en-cuba/
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