PIAL actúa en 46 municipios de 10 provincias del país, pero próximamente aspiran a llevar sus buenas prácticas a más de 90 localidades del país. Foto: cortesía de PIAL |
PIAL desarrolla un diplomado para
formar facilitadoras y facilitadores de 12 provincias del país, quienes deben ampliar
la gestión participativa de la innovación agropecuaria.
El diplomado, que lleva por nombre “Sistema de innovación agropecuaria local: por un enfoque participativo en la gestión del desarrollo”, sesiona desde el pasado mes de enero hasta mediados de julio, en el estatal Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), a unos 30 kilómetros de La Habana.
La iniciativa forma parte de las acciones que realiza el Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), un proyecto agroecológico que desde 2000 acoge el INCA, en coordinación con la organización no gubernamental alemana WeltHungerHilfe (WHH) y financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).
“La idea del curso ha sido poner el conocimiento en función de las demandas del desarrollo, así como visibilizar la cultura agraria, las tradiciones productivas, saberes y experiencias que existen en las localidades”, dijo a la Redacción de IPS Cuba, María Isabel Romero, coordinadora del eje de gestión del conocimiento de PIAL.
“En lugar de llegar a los municipios con la verdad absoluta, queremos construir propuestas con el aporte colectivo, a través del diálogo entre la teoría y la práctica, entre quienes investigan y quienes producen, con la participación de la mayor cantidad de instituciones y organizaciones posibles”, agregó la reconocida educadora popular.
Subrayó, además, que “las personas formadas en el diplomado y en otros que se realizarán a escala territorial, acompañarán metodológicamente y ofrecerán instrumentos a los gobiernos locales para que potencien el desarrollo agroalimentario”.
El posgrado cuenta con estudiantes de 12 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, en su mayoría integrantes de los Centros Universitarios Municipales (CUM) y de las Plataformas Multiactorales de Gestión (PMG), estructura potenciada desde PIAL como base del funcionamiento del Sistema de Innovación Agropecuaria Local (SIAL).
“Creemos que los centros de investigación, institutos, escuelas de capacitación del sector agrícola y las universidades, sobre todo las sedes municipales, van a ser pilares en la gestión del conocimiento, con el liderazgo del grupo de facilitadoras y facilitadores”, comentó Romero.
Al respecto, acotó que “los aprendizajes no serán llevados a las comunidades de manera transmisiva y vertical, sino con las herramientas de la educación popular”.
“Desde el inicio, PIAL ha privilegiado la realización de encuentros en los cuales las personas pueden conversar, interactuar, aprender unas de otras en intercambios de experiencias, festivales de innovación, talleres y expoferias”, aseguró la investigadora.
La profesora universitaria informó que el diplomado se caracterizó por la diversidad temática, pues incluyó información actualizada sobre el sector agrario cubano, “con énfasis en las transformaciones más recientes, sobre todo las políticas agroalimentarias y el rol de los principales actores en la producción agropecuaria en el país”.
El posgrado también enfocó temas como desarrollo sostenible con bases ecológicas y enfoque de equidad social, arreglos productivos locales, gestión de proyectos, economía social y solidaria, cooperativismo, producción y consumo con respeto ambiental, comunicación para el desarrollo y trabajo grupal.
A su juicio, “todos los módulos aportaron a la formación de conocimiento y actitudes innovadoras, desmarcadas de lo aprendido tradicionalmente, y que pasan por la creatividad, la adecuada contextualización de los procesos y el pensamiento crítico”.
Asimismo, explicó que “el diplomado tuvo una concepción transdisciplinaria y trabajó la teoría y la práctica por igual, porque se planificaron tres momentos de trabajo de campo para propiciar un mejor acercamiento a las características de cada localidad”.
Romero remarcó que “de los trabajos finales saldrán planes de acción para fortalecer los SIAL o propuestas de diplomados que tomen como base la actual edición, pero enfocados en las necesidades temáticas de cada territorio”.
Para ella “otro aporte de las investigaciones finales del posgrado es que sus diagnósticos contienen datos valiosos para la toma de decisiones son propositivos y reúnen información que usualmente está muy dispersa”.
PIAL: un cambio cultural
El especialista en Ciencias Veterinarias, Manuel la O Arias, consideró que “el diplomado y PIAL en general significan un cambio cultural respecto a lo que entendemos por participación y el aporte de actores locales diversos al desarrollo”.
En su opinión, el curso que se adentra en su etapa conclusiva “ayuda a que las universidades se proyecten cada vez más a la sociedad mediante los CUM, que deben ser el núcleo de la innovación agropecuaria en las comunidades”.
La O, quien es profesor del Instituto de Investigaciones Agropecuarias Jorge Dimitrov, en el municipio granmense de Bayamo (730 kilómetros al este de la capital cubana), opinó que “los SIAL deben avanzar hacia un proceso de anclaje institucional, que ofrezca garantías de sostenibilidad a la cultura de la participación e innovación promovida durante años”.
Con ello coincide Irene Moreno, investigadora del INCA. “El grupo de diplomantes debe contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad de los procesos en los espacios donde actúa de Pial”, aseveró.
“En Artemisa, por ejemplo, van a ser muy importantes los resultados del posgrado y las acciones posteriores que seamos capaces de irradiar, porque próximamente esperamos pasar de dos a ocho plataformas multiactorales municipales”, dijo la profesora, quien también forma parte del equipo coordinador de PIAL en esa occidental provincia.
Por su parte, Aramís Rivas Diéguez, profesor del CUM Jesús Menéndez, de la Universidad de Las Tunas, apuntó que “el diplomado incentiva una nueva forma de implementar la educación posgraduada, centrada en el intercambio, el diálogo, el aprendizaje interactivo y la reflexión”.
Para Rosabel Pérez, especialista en estudios socioculturales, de la Universidad de Sancti Spíritus, “el principal reto es lograr que la mayor cantidad de personas, desde la base productiva hasta la institucionalidad, sientan suyo el proyecto y que, además, se mantenga el mismo espíritu y la cultura participativa a todos los niveles”. (2017)
Tomado de: http://www.ipscuba.net/economia/proyecto-agroecologico-cubano-pone-el-conocimiento-en-funcion-del-desarrollo-local/
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