jueves, 12 de enero de 2017

Una ruta para atender y prevenir la violencia



Articular una ruta crítica, un protocolo común para prevenir y atender la violencia en Cuba, es una demanda en la que coinciden especialistas, activistas, operadores de justicia, de salud y de otros sectores sociales en Cuba. ¿Por qué es tan importante? En busca de elementos desde perspectivas diversas, No a la Violencia consultó a la psicóloga Mareelén Díaz Tenorio, del Centro de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR); a Zulema Hidalgo, coordinadora del Programa de Género y Violencia de esa misma institución, y a Ileana González, también psicóloga y subdirectora del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
¿Qué valor tendría contar con una ruta articulada para prevenir y atender la violencia de género?

Mareelén Díaz Tenorio: Todavía no contamos en Cuba con un sistema de atención integral centralizado desde el Estado, y eso es muy necesario pues ayudaría a que instituciones y organismos se organizaran en torno a un sistema común. Ahora se promueven acciones puntuales desde diversas instituciones y desde la sociedad civil, pero no contamos con una ruta, un sistema de atención que establezca y dé seguimiento a qué hacer cuando se recibe una víctima de violencia que puede llegar lo mismo a la policía, que a una unidad de atención de salud o a una Casa de Orientación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Esa estrategia nacional ayudaría a que la persona maltratada tenga siempre la misma orientación, reciba atención multidisciplinaria y sin serrevictimizada.

Zulema Hidalgo:
Desde la experiencia de nuestro trabajo en comunidades, contar con una ruta clara de atención ayudaría a acompañar de manera integrada a las víctimas, a las familias y también permitiría trabajar con los hombres, con los agresores, partiendo de las mismas normas, de los mismos protocolos. Contamos con una gran potencialidad en las comunidades para la prevención de violencia, sobre todo si somos capaces de utilizar las organizaciones e instituciones, a los actores comunitarios diversos, los capacitamos y les proporcionamos herramientas, rutas de atención.

Ileana González: En el caso de la comunicación, la existencia de una ruta definida de atención permitiría a los medios proporcionar información y orientación más clara a cerca de a dónde acudir cuando se sufre violencia de género o de cualquier otro tipo, qué pasos seguir. A menudo las personas que son víctimas están en una situación de indefensión, entre otras razones, porque no cuentan con información. Pero los medios de comunicación, actualmente, tampoco pueden ofrecer orientaciones claras de qué hacer, adónde acudir.

¿Qué instituciones, organismos, espacios de la sociedad no podrían faltar e esa articulación?

MDT: Los espacios académicos y de investigación, los de atención de salud, los jurídicos, la policía, los vinculados a la educación y la cultura, en cualquiera de sus variantes; los medios de comunicación, los espacios de trabajo comunitario. En fin, podríamos llenar páginas enumerando. No existe un espacio social o comunitario que deba quedarse al margen de una ruta articulada de prevención y atención a la violencia.

ZH: La violencia de género es un asunto social, por tanto, toda la sociedad debe involucrarse en su atención. A nivel comunitario podríamos hablar, por ejemplo, de las estructuras del Poder Popular en la comunidad, que tienen Comisiones de Prevención y Atención Social compuestas por actores muy diversos; pero también de los servicios de educación y salud, de organizaciones de base como la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución; de la policía, las fiscalías y otras estructuras vinculadas al entorno jurídico y el asesoramiento legal, entre otras.

IG: No debe faltar ninguna institución u organización que esté relacionada de alguna manera con el tema. Y, sobre todo, es importante involucrar a la academia, porque estos son asuntos que no se solucionan sin tener a personas capacitadas, y a los medios de comunicación desde el origen de cualquier estrategia, y no al final del proceso, cuando ya solo pueden poyar como espacios de divulgación y no de construcción de plataformas de comunicación, que sería lo ideal.

¿Qué más faltaría?

MDT: Además de una ruta crítica y de ganar en integralidad en la atención, necesitamos investigaciones más abarcadoras. También urgen modificaciones a las leyes y a la política social, y aún queda mucho por esclarecer desde la investigación para enfrentar la temática desde una postura comprometida conla transformación y el cambio. Falta visibilidad, capacitación y sensibilización.

ZH: Falta mayor atención personalizada. En ese sentido se pueden promover servicios terapéuticos a las víctimas, parejas y familias, así como atención a victimarios. También faltan más acciones de sensibilización dirigidas a toda la población, pues esta se constituye en redes de apoyo apersonas violentadas y deben estar preparadas, capacitadas, para prestar apoyo. Falta hacer más visible el problema de la violencia y dirigiracciones a públicos jóvenes y adolescentes.

IG: Que se hable más del tema en los medios de comunicación y desde la academia. Y que se haga con todas la herramientas, no desde visiones fragmentadas o parciales del asunto; sino desde la investigación.

Tomado de: http://redsemlac-cuba.net/violencia/una-ruta-para-atender-y-prevenir-la-violencia.html

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