Mujeres que lideran iniciativas económicas en el sector cooperativo agropecuario. |
Por Jesús E. Muñoz Machín
Fotos: Elio Mirand
“Nos sentimos líderes”, “no soy la misma”, “ahora somos más”, “nosotras podemos…”, son frases que evidencian conciencia de género y el cambio experimentado por un grupo de mujeres en su vida cotidiana. Aunque participan en un evento científico no son académicas, sino cooperativistas que han transformado su realidad en busca de mejores opciones personales y contribuir al progreso en sus comunidades.
Las protagonistas forman parte del proyecto “Agricultura suburbana y fortalecimiento cooperativo en 10 municipios de las provincias de Camagüey, Las Tunas y Holguín, que este miércoles 15 de abril presentó sus experiencias en el II Congreso de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, que concluyó hoy jueves en el Palacio de las Convenciones.
Mailén León Basallo (última a la derecha). |
Ellas proponen nuevas actividades económicas que amplían el objeto social de las cooperativas, en emprendimientos de artesanía, poncheras, florerías, producción de queso, talleres de corte y costura, peluquerías, así como la obtención y comercialización de microorganismos eficientes, todo ello implementado por la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP) y el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical "Alejandro de Humboldt” (INIFAT). El proyecto cuenta con el apoyo de Oxfam en Cuba, y financiamiento de la Unión Europea, la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo y la Embajada de Japón en Cuba.
Adelmis Quintana relata sus experiencias. |
Por su parte, Mailén León Basallo expresó que durante una etapa de su vida tuvo poca autoestima y por ello dudaba de sus capacidades para insertarse en el proyecto. “Creía que no alcanzaríamos nada y pero con el tiempo noté el cambio. Lo primero es que mejoré mi comunicación con las otras muchachas de la cooperativa para explicarles todo, motivarlas y sumarlas al sueño.
“La mayoría de mis compañeras estaban desempleadas, pero ahora tienen una fuente de ganancia y creen en sus habilidades. Antes solo éramos seis mujeres en la CPA, ya llegamos a 26 y otras han pedido ser parte de los emprendimientos u otra actividad”, relató la joven coordinadora de las actividades comerciales en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Juanito Garcell, en el municipio camagüeyano de Nuevitas.
Las palabras de las muchachas evidenciaron además los obstáculos y dificultades enfrentadas en el proceso de empoderamiento. “Nos costó sensibilizar a las personas y que creyeran en nosotras. Tuvimos experiencias fuertes como las de estar en talleres y escuchar que un hombre dijera: ῾mi mujer no trabaja᾿. Pero ahora eso sucede mucho menos”, resaltó Yanelis Amat, económica y activista de género en la Cooperativa de Crédito y Servicio (CCS) “Regino Guerrero”, también de Banes.
De igual modo, reconocieron el valor del trabajo conjunto y que hubo alianzas importantes en el camino. Adelmis así lo reflejó: “No solo ha sido un proceso llevado a cabo por nosotras, sino también por la comunidad, la Federación de Mujeres Cubanas y otras organizaciones que nos apoyan”.
La transformación la sintetiza Yamaris Ávila Zaldívar, de Las Tunas, quien confesó no ser la misma que “estaba en la casa, con la esclavitud de hacerlo todo sin pensar en mí. Amanezco todos los días un poco más feliz y adoro lo que hago…”.
BENEFICIOS COMPARTIDOS
“Realmente nuestra organización se beneficia mucho, pues de ellas aprendemos cada día”, señaló Yohanka Valdés Jiménez, oficial de Justicia de género y derecho de mujeres de Oxfam en Cuba
“Los procesos para cambiar mentalidades y actitudes de género tienen altos costos. Hubo momentos de avances, otros de retroceso, pero siempre con la idea clara de que saldrían adelante”, agregó Valdés.
Yohanka Valdés Jiménez aborda los aprendizajes del proyecto. |
“Lo distintivo de esta experiencia –acotó- es que ha partido del cambio personal para trasformar el espacio laboral, familiar y comunitario”, concluyó la investigadora.
LO QUE ACONTECIÓ EN EL ADIÓS
Hoy jueves 16 de abril finalizó el en II Congreso de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, con un panel que enfatizó en los temas de risiliencias y seguridad alimentaria, ambos enfocados desde una mirada de género.
Las ponencias centraron su atención en el rol de las mujeres y las niñas como productoras-proveedoras de alimentos y cuidados, en tanto son las más afectadas por los desastres, el cambio climático y la subida a los precios de los víveres.
Con el nombre de “Resiliencia y seguridad alimentaria: aprendizajes desde las perspectivas y experiencias de las mujeres”, la mesa contó con interesantes intervenciones de las especialistas cubanas Dagmara Planas y Elizabeth Álvarez, además de las invitadas extranjeras Jannette Urquilla Lauren Ravon y Beatriz Olivera.
Yanelis Amat. |
Otras cooperativistas formaron parte del público. |
El panel de género fue uno de los más concurridos del Congreso. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario