Mujeres con voz propia son aquellas
que hablan de sí mismas y por sí mismas
y también hablan del mundo que habitan.
Aquellas
que se enfrentan a sus miedos internos.
Que, balbuceantes, dijeron yo existo.
Que, desafiantes, dijeron yo puedo.
Que, seguras de sí mismas, dijeron
yo transformo.
Ellas existen, pueden y transforman.
Las mujeres con voz propia hablan con sus cuerpos.
Hablan con palabras. Con acciones.
Hablan escribiendo.
Hablan movilizándose.
Hablan en las casas,
en las plazas,
en las calles,
en las iglesias,
en el trabajo,
en los medios de comunicación,
en los movimientos
y en las instituciones.
La palabra de las mujeres con voz propia
susurra y grita.
Narra, canta y acaricia.
Aconseja, consuela y construye.
Exige, reclama y demanda.
Explica, teoriza y critica.
La palabra de las mujeres con voz propia
resuena y se amplía
en coro polifónico de voces,
anunciando
el fin de una era de dominación
depredadora y violenta…
y proclamando el advenimiento
de otro mundo posible.
María C. Arnaiz Pedrosa. 2009
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